Ser hijo de un famoso no siempre es un camino de rosas, sobre todo cuando decides seguir los pasos de tu talentoso progenitor. Después de todo, cargar con el peso de un gran nombre sobre los hombros puede ser bastante desalentador.
Sin embargo, Zac Starkey, el hijo del más que legendario batería de los Beatles Ringo Starr, puede con semejante peso sin esfuerzo.
Batería enérgico, preciso y de gran riqueza técnica, Starkey ha conseguido hacerse un nombre, abriéndose camino hasta la cima tan bien como cualquier otro músico ambicioso, gracias a sus excelentes dotes de batería y a un gran empuje.
¿Cómo llegó hasta allí? ¿Cómo influyeron en sus decisiones artísticas la influencia de su padre y su amistad con Keith Moon?
Profundicemos en la historia y los secretos de uno de los bateristas más queridos de su generación.
Modestos comienzos
Puede que Zak Starkey haya tenido el privilegio de pertenecer a una red de músicos de oro desde el día en que nació, pero, como a cualquier otro artista, le llevó más de una década de duro trabajo con bandas poco conocidas brillar finalmente.
Empezó con actuaciones en pubs en bandas underground cuando era adolescente, y poco a poco fue ascendiendo, colaborando con algunos músicos excepcionales por el camino (Johnny Marr, John Entwistle, Adrian Smith y muchos otros).
Una banda tras otra, con proyectos de grabación a veces abandonados, y años de ensayo y error, Zak alcanzó un éxito increíble en la década de 1990, cuando empezó a hacer giras con miembros de The Who, sus héroes de la infancia (y amigos íntimos).
A pesar de lo que se pueda pensar, Ringo Starr nunca enseñó a Zak a tocar la batería, en un intento de disuadirle de unirse a la industria musical. Como resultado, Zak tuvo que enseñarse a sí mismo a tocar el instrumento, recurriendo a la interminable pila de LPs que encontró en su casa cuando era niño.
En sus propias palabras, como señala en esta entrevista con Modern Drummer: «No soy una estrella del rock and roll. No soy famoso, supongo. Pero soy un músico de éxito».
Seguro que ir de gira con los Who y grabar con Oasis pueden convertirte en una estrella del rock, pero con esta frase Zak define de qué se trata: ser un maldito buen músico. Todo lo demás es más bien vano y sin importancia.
Zak Starkey ha desarrollado una fuerte vena ecléctica, probablemente madurada en un hogar tan artístico y a través de las relaciones con personalidades increíbles a lo largo de su infancia.
Cuando no está ocupado tocando con The Who o con el proyecto All-Starr Bands de su padre, compone su propia música para su glamurosa banda Penguins Rising.
Cuando no está ocupado grabando con la legendaria banda de pop británica Oasis, sigue perfeccionando su estilo y sus influencias, incluso después de más de veinte años de exitosa carrera.
Sus influencias
Zak Starkey señala a Keith Moon como su principal influencia. Incluso lo recuerda como una especie de tío, ya que era uno de los mejores amigos de su padre. Por eso, unirse a los Who, años y años después, debió parecerle algo muy natural.
Ahora, podrías pensar que Keith Moon era una especie de profesor de batería o al menos un mentor para Zak, pero te equivocarías. «Le pregunté cómo tocaba la parte del plato ride en Glow Girl», explica en la mencionada entrevista con Modern Drummer, señalando que la respuesta que dio «fue el único consejo que me dio, y creo que podría haber mentido».
Sin embargo, es cierto que Keith le regaló una batería Premier blanca y dorada cuando tenía doce años. También fue la primera batería profesional que tuvo Zak.
Sin embargo, fue la escena glam de los años setenta, con Marc Bolan y David Bowie a la cabeza, la que llevó a Zak a optar por convertirse en músico de rock.
Su batería
Starkey suele tocar con un kit de Drum Workshop con pieles Remo e hi-hats y platillos Zildjian.
Su técnica
Al igual que su padre, Zak Starkey es un batería ecléctico que puede encajar en cualquier contexto de rock y pop.
La influencia de Keith Moon y del glam inglés es perceptible, sobre todo en los rápidos y virtuosos rellenos que realiza durante los conciertos. Pero también se nota, en sus grabaciones con Oasis, su capacidad para integrarse sin ser demasiado invasivo.
Músico autodidacta, Zak Starkey trabaja constantemente en su técnica e inspiración, lo que le permite dar lo mejor de sí mismo en el escenario.
Bateristas nostálgicos, aún enamorados de un sonido rock’n’roll crudo, pero preciso y enérgico, Zak Starkey podría ser vuestro héroe. Con sus habilidades técnicas, su gusto por los diferentes subgéneros del rock y una gran presencia escénica, seguro que puede enseñarte mucho.
Por encima de todo, su humildad y su actitud realista también pueden enseñar a cualquier músico la importancia del trabajo duro y las únicas cosas que importan: ser excepcionalmente bueno con tu instrumento y tocar la música que realmente te importa, aprovechar al máximo tus influencias y seguir tu propio camino.