Los músicos se encuentran en una categoría de alto riesgo de padecer problemas de pérdida de audición. No es ciencia exacta: las largas horas que se pasan delante del instrumento, con una emisión sonora que a menudo supera el umbral recomendado, pueden causar graves daños.
El tiempo no cura muchos de estos problemas. Los daños auditivos y los acúfenos pueden convertirse rápidamente en crónicos a una edad temprana si no se toman precauciones.
Los tambores acústicos y los instrumentos de percusión suelen ser mucho más ruidosos que otros instrumentos. Por eso, los bateristas y percusionistas deben tener mucho cuidado con sus oídos.
Sonoridad y baterías
Los niveles de intensidad sonora recomendados se indican casi siempre en decibelios (dB).
Las baterías completas suelen oscilar entre 90 y 130 decibelios, pero hay muchos factores que pueden afectar a su nivel de intensidad.
El número de decibelios depende del material, el tamaño y la profundidad del tambor. También se verá afectado por la fuerza del golpe del batería, el estilo de música y el entorno.
En concreto, las cajas pueden emitir entre 90 y 120 decibelios. Este nivel equivale al ruido de un tren subterráneo o al nivel sonoro de un concierto de rock. Sin embargo, la caja no es la parte más ruidosa de un tambor: los platillos pueden emitir entre 110 y 125 decibelios, lo que equivale al ruido de una carrera de coches de carreras.
Los bombos, en cambio, son un poco más silenciosos, ya que emiten unos 105 decibelios, al igual que un soplador de hojas o una moto de nieve.
Además, cuando el oído humano percibe un sonido de unos 120 decibelios, puede causar dolor o molestias.
Aunque la OSHA (Occupational Safety and Health Administration) sugiere un umbral de 85 dB para evitar problemas de audición, los bateristas están ciertamente en peligro. Los bateristas pueden empezar a dañar su audición a los pocos minutos o segundos de exponerse a los fuertes ruidos de una batería acústica.
Otros instrumentistas, como los guitarristas de rock, pueden experimentar los mismos problemas (un amplificador de rock puede alcanzar los 120 dB).
En cambio, los instrumentos clásicos como el piano o el violín son menos ruidosos (entre 60 y 70 dB el primero; entre 80 y 90 dB el segundo), pero siempre existe un riesgo durante los ensayos y conciertos, ya que el volumen de todo un conjunto puede alcanzar los 100 decibelios o más.
Sin embargo, la batería es uno de los instrumentos más ruidosos y menos controlables que existen. Después de todo, puedes bajar un poco el volumen de un amplificador de guitarra, pero no puedes cambiar la intensidad del sonido de un platillo.
Un estudio ha demostrado que el 57% de los bateristas profesionales y el 44% de los aficionados sufren acúfenos (zumbidos en los oídos).
No subestimes los síntomas
¿Cómo puede saber si hay un problema de audición? Hay algunos síntomas recurrentes que debe tener en cuenta.
Los síntomas incluyen:
- acúfenos (en la mayoría de los casos, zumbidos, chasquidos o pulsaciones en los oídos)
- oír sonidos apagados
- sensación de taponamiento del conducto auditivo
- tener que levantar la voz al hablar.
Si experimentas estos síntomas, consulta a un médico para determinar la causa y si hay alguna solución. Estos problemas no siempre están causados por un exceso de ruido.
Si cree que sus problemas están causados por el ruido, empiece ya a tomar medidas para evitar que el problema empeore:
La prevención es la clave
Afortunadamente, hay formas de evitar que este problema empeore:
Hay una serie de prácticas de sentido común y herramientas útiles que los bateristas pueden utilizar para reducir su exposición al ruido.
En primer lugar, tómate descansos entre sesiones. Si das a tus oídos tiempo suficiente para recuperarse de una sesión a otra, minimizarás el riesgo de desarrollar problemas auditivos permanentes.
Otra práctica útil es el uso de tapones u orejeras.
Existen diferentes tipos de tapones en el mercado (de espuma, moldeados a medida, de triple armazón), para que elijas el que te resulte más cómodo. Estos dispositivos son de gran ayuda, ya que pueden reducir los niveles de ruido entre 15 y 30 decibelios.
Algunos tapones están diseñados para bloquear sólo determinadas frecuencias. Son ideales para tocar platillos o redoblantes, ya que las frecuencias altas suelen ser las más molestas para el oído humano.
También puedes optar por auriculares con cancelación de ruido u orejeras para bloquear físicamente el ruido.
Otra solución es elegir el equipo adecuado.
Unas baquetas calientes, unas escobillas o incluso unas baquetas más ligeras te ayudarán a golpear la batería con menos potencia, lo que se traduce en menos volumen.
También hay platillos silenciosos en el mercado. Estos platillos minimizan las frecuencias altas, haciendo que tu práctica sea mucho menos peligrosa para tus oídos.
También puedes comprar sordinas para que tus parches y platillos suenen con menos intensidad, u optar por parches silenciosos.
Las pilaselectrónicas también son mucho más silenciosas. Aunque no quieras usarlas en conciertos, puedes utilizarlas para practicar, reduciendo el tiempo que tus oídos están expuestos a ruidos insanos.
Por último, los monitores intrauditivos te permiten controlar el volumen incluso durante las actuaciones, lo que supone un gran servicio para tus oídos.
Resumen
La mejor forma de prevenir los problemas de pérdida de audición al tocar la batería es utilizar prácticas de sentido común y dispositivos de atenuación del ruido.
Tómate suficientes descansos durante los ensayos, conciertos o sesiones de entrenamiento. Utiliza herramientas como tapones y monitores de oído, y recuerda llevar un estilo de vida saludable.
Su salud general es un factor clave en las enfermedades relacionadas con la pérdida de audición, así que aténgase a la palabra clave: ¡prevención!