Ejercicios Rítmicos: 8 Consejos para Mejorar el Ritmo en 2024

La música es cuestión de ritmo. Sea cual sea el instrumento o el género, mantener el ritmo es una de las habilidades más importantes que hay que tener. El ritmo es el aspecto más esencial …

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Ejercicios para mejorar el ritmo

La música es cuestión de ritmo. Sea cual sea el instrumento o el género, mantener el ritmo es una de las habilidades más importantes que hay que tener.

El ritmo es el aspecto más esencial de la música y tener sentido de él distingue a los buenos músicos de los que no lo son.

Incluso cuando toques una melodía muy melódica, unas pocas notas equivocadas no serán el fin del mundo. En cambio, tocar fuera de tiempo puede ser muy notorio.

Cuando una persona tiene un gran sentido del ritmo, se suele hablar de talento. Por eso, muchos músicos, incluso profesionales, lo descuidan y no se esfuerzan lo suficiente.

En realidad, las cosas son un poco diferentes. Como todo en la vida, la sincronización rítmica es sobre todo cuestión de práctica. Todo el mundo debería ser capaz de dominar su timing, sólo es cuestión de dedicarse a la práctica y estar dispuesto a trabajar duro.

Aquí tienes algunos consejos para que tu rutina de entrenamiento sea más eficaz.

Practica tu ritmo de forma dirigida

Ejercicios para mejorar el ritmo

Este es el primer paso y probablemente el más importante. Muchos músicos practican durante horas.

Sin embargo, la mayoría de ellos no se centran en el ritmo y el tiempo en particular. En su lugar, suelen trabajar cosas como ritmos, escalas, patrones, planos y similares.

Sólo puedes mejorar realmente tu ritmo si te comprometes a ello.

Comience con el recuento básico

Aunque lleves años tocando un instrumento, no te avergüences de empezar por lo más básico. Por ejemplo, empieza escuchando tus canciones favoritas y empieza a dar golpecitos y a contar tiempos. Empieza dando golpecitos con la pierna, la mano, el instrumento, etc.

A continuación, empieza a contar. Al cabo de un rato podrás ver el compás de una canción determinada. La gran mayoría de la música convencional tiene cuatro tiempos (el compás 4/4), mientras que tres tiempos es lo habitual en un vals. Cuando domines la mayoría de los compases básicos, podrás pasar a otros más complejos como el jazz fusión, la música oriental y otros géneros.

Subdivisión

No debes saltarte este paso. Cuando se considera que una persona tiene un gran sentido del ritmo, en realidad es capaz de subdividir los tiempos de la canción en tiempos más cortos, y luego hacer diferentes tipos de combinaciones.

Por ejemplo, los ritmos más básicos se componen únicamente de negras. Así que la cuenta básica sería «uno, dos, tres, cuatro». Inserta la «y» entre cada número («uno, y dos, y tres…») y obtendrás el ocho.

Para una subdivisión más compleja, un buen consejo es combinar el golpeteo y el conteo. Empieza golpeando lentamente y cuenta entre cada golpe. Así podrás hacer cualquier tipo de subdivisión, por supuesto, si practicas lo suficiente.

Utilizar el metrónomo

Un metrónomo para mejorar tu ritmo

Toques el instrumento que toques, hazlo con un metrónomo. No hay mejor ejercicio para mantener el tempo que utilizar esta herramienta.

Tanto si practicas patrones como escalas o canciones enteras, la ventaja del metrónomo es que puedes empezar el ejercicio a un ritmo lento e ir aumentando gradualmente hasta alcanzar la velocidad deseada.

Además del metrónomo, la tecnología moderna ofrece otros tipos de herramientas de entrenamiento. Entre ellas se encuentran los metrónomos virtuales y las aplicaciones rítmicas. También puedes utilizar programas como Drum Beats . Esta aplicación contiene todo tipo de grooves, lo que la convierte en una máquina perfecta para practicar, así como en una excelente herramienta para improvisar y componer canciones.

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Escuchar tu percusión puede ser una gran retroalimentación. Es una forma estupenda de mejorar las habilidades rítmicas, aunque tengas años de práctica a tus espaldas.

Busca una melodía sencilla o algo que hayas practicado durante un rato. Grábala sin pista de acompañamiento ni metrónomo. Una vez que hayas tocado la melodía, deberías poder oír si hay algún error, como un cambio de ritmo, vacilaciones, etc.

Otro aspecto importante de este consejo es estar mentalmente preparado. En otras palabras, no te frustres si tu ritmo no es tan fuerte como pensabas. Al contrario, debes verlo como algo positivo, porque has identificado dónde puedes mejorar.

El rítmico «Double Dutch» es la madre de todos los ejercicios

Si eres un músico de nivel intermedio, ésta es la práctica perfecta para ti. No importa si tocas la batería o cualquier otro instrumento melódico, el llamado doble dutch rítmico mejorará mucho tu ritmo y tu forma de tocar en general.

Este ejercicio no sólo es increíblemente eficaz, sino también muy divertido.

Lo primero que recomiendo es hacer saltos aleatorios. Busca una canción que conozcas y reprodúcela en un reproductor MP3 o en cualquier otro dispositivo. En cuanto empiece la canción, puedes empezar con saltos en cualquier momento, en cualquier parte de la canción.

No hay forma mejor y más divertida de dominar tu sincronización.

Una vez que domines estos saltos, pasa a algo más difícil, un doble salto más complejo. Por ejemplo, coge un patrón que hayas aprendido, un riff o cualquier otro patrón. Empieza silenciando o cortando algunas notas del patrón, ya sea el principio, el final o algo en medio.

Toque de forma que suprima determinadas notas, sin perder de vista los ritmos y tiempos originales. Tenga en cuenta todas las cuartas, corcheas o semicorcheas que haya decidido suprimir. Este enfoque permite todo tipo de experimentos, que a la larga mejorarán no sólo su ritmo, sino también su capacidad de improvisación en general.

Compromiso para subsanar las deficiencias

En comparación con los consejos prácticos anteriores, éste tiene más que ver con la actitud. Como en todos los demás aspectos de la vida, no hay excusa para rendirse cuando las cosas se ponen difíciles.

A veces se encontrará con elementos rítmicos difíciles de aprender: patrones rápidos, divisiones temporales complicadas, compases extraños, etc. Puede llevarle días, semanas o incluso meses dominarlos. Puedes tardar días, semanas o incluso meses en dominarlos. La cuestión es perseverar, por una razón muy sencilla.

Cuanto mayor sea el problema al que te enfrentes, mejor músico serás después de resolverlo.

Practicar con otros músicos

Ejercicios para mejorar el ritmo

Comparado con el consejo anterior, éste es muy práctico. Es esencial conseguir una rutina si quieres ser algo más que un jugador de dormitorio. Busca un grupo con el que jugar.

Incluso si estás tocando algo que no es lo tuyo, todas las pistas de acompañamiento y otras herramientas genéricas no pueden sustituir a tocar con otros músicos. Mejorar el ritmo y la sincronización es un proceso continuo. Nunca hay suficientes ensayos y actuaciones en directo.

Si no encuentras un grupo decente por aquí, busca a un vecino o amigo que sea mejor músico que tú. Por muy diferentes que sean los dos instrumentos que tocas, puedes aprender mucho de alguien que tiene un gran sentido del ritmo.

Conclusión

Hay muchos otros consejos para mejorar el ritmo y la sincronización. Sin embargo, creo que éstos son algunos de los más importantes. Aunque lleves años tocando, los consejos de este artículo te resultarán útiles. Sin embargo, ten en cuenta que estos consejos no significan nada si no te comprometes a mejorar tu ritmo de forma regular.

Practica todo lo que puedas y, sin duda, ¡los resultados llegarán!

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